Cuando los ni?os vuelven a clases o se incorporan a ellas por primera vez, es esencial asegurarse de que su visión funciona correctamente. Si tienen problemas, ahora es el momento de resolverlos.

"Los problemas de visión, ya sea miopía o ambliopía (ojo vago), pueden afectar a casi todos los aspectos del desarrollo de un ni?o, desde los académicos y deportivos hasta las interacciones sociales y la autoestima", explica Shandi M. Beckwith, O.D., optometrista del Centro Oftalmológico John A. Moran de la Universidad de Utah. "Las revisiones escolares no siempre detectan los problemas más sutiles, por lo que los padres y educadores pueden asumir erróneamente que no hay ningún problema si el ni?o aprueba".

Según la Asociación Americana de Optometría, uno de cada cuatro ni?os en edad escolar padece un trastorno de la visión; sin embargo, los exámenes visuales escolares pasan por alto hasta el 75% de los ni?os con problemas de visión. Un examen visual proporciona menos del 4% de la información generada durante un examen ocular completo.

"Sin un examen ocular completo realizado por un optometrista u oftalmólogo, los trastornos visuales de los ni?os pueden pasar desapercibidos o diagnosticarse erróneamente", afirma Beckwith. "Si se diagnostica erróneamente como TDAH, dislexia, una discapacidad de aprendizaje o problemas de conducta, esas etiquetas pueden afectar a un ni?o de por vida sin abordar un problema visual subyacente que podría corregirse."

Si su hijo necesita lentes para corregir la vista, asegúrese de que un óptico se las ajusta correctamente. La visión de los ni?os está en constante desarrollo, por lo que una graduación incorrecta o un ajuste "ligeramente desajustado" pueden causar más complicaciones. El cerebro y los ojos deben trabajar juntos para forzar la alineación de los músculos oculares. Para que los ni?os no miren por encima o por debajo de los lentes, hay que primar la funcionalidad sobre la moda.